Jordi Barba: “Mejorar la vida de las personas pasa por renovar la relación que tenemos con nuestro entorno”
Jordi Barba es un entusiasta del paisajismo, empleo al que se dedica de forma metódica, influenciado por su amor hacia la profesión y su formación previa en ciencias biológicas y medio ambiente. La arquitectura y el legado de su padre, el renombrado arquitecto Javier Barba, así como la influencia de su abuelo Francisco Juan Barba Corsini, han moldeado su comprensión y aprecio por los espacios exteriores. Jordi, socio de BCEstudioGroup, estudio con más de 40 años de experiencia en el diseño arquitectónico y pionero en arquitectura verde, es director de BCEstudioLandscape. Firme defensor de la sostenibilidad no esconde su interés en querer contribuir con su trabajo al desarrollo de grandes proyectos de revitalización del paisaje urbano. Jordi ve un amplio potencial para su desarrollo, sobre todo, en Barcelona que es un referente en esta disciplina, en muchos aspectos. Al empezar la conversación, le pedimos que nos explique qué es el paisajismo y nos describe: “Según el convenio europeo del paisaje, el paisaje se refiere a cualquier parte del territorio tal como la percibe la población, cuyo carácter resulta de la acción y la interacción de factores naturales y humanos”, dice. Añade: “Un paisajista se encarga de estudiar, planificar, diseñar y gestionar espacios exteriores, guiándose por principios estéticos, funcionales, científicos y de planificación”.
La definición de la Organización Mundial del Trabajo (OIT) complementa esta visión al describir a los arquitectos del paisaje como profesionales que planean y diseñan paisajes y espacios abiertos para proyectos diversos, incluyendo parques, escuelas, instituciones, vías públicas y desarrollos residenciales, y que también supervisan su construcción, mantenimiento, manejo y rehabilitación.
El paisajismo es una profesión multidisciplinar
La formación de Barba en ciencias naturales, ingeniería y gestión ambiental han influido de forma profunda en su manera de entender el paisajismo. “Es una profesión multidisciplinar y tus estudios y la experiencia previa que ya tienes condicionan la manera de encarar cada proyecto. Hay otros paisajistas que provienen del mundo de la agronomía, de la jardinería, de la arquitectura o las ingenierías”, afirma Jordi.
En este momento de la conversación, Jordi nos explica cuándo empezó a colaborar con Núñez i Navarro. Fue con el proyecto Seventy Barcelona en el año 2018. En aquel momento, la propiedad, junto con los interioristas Rosa Roselló y Luís Bustamante buscaban un estudio de paisajismo para los espacios exteriores del hotel. Era un proyecto en que las directrices ya estaban establecidas, el trabajo resultó muy fructífero: “un remanso de paz entre el Eixample de Barcelona y Gràcia”.
El desafío de integrar espacios verdes en el tejido urbano
Trabajar en Barcelona, sobre todo dentro de su denso tejido urbano, otorga a los proyectos una relevancia particular, puesto que impactan de forma directa en el entorno urbano y, por extensión, en la vida de los vecinos. Como paisajista, Jordi siente la responsabilidad de realizar un trabajo que beneficie no solo al cliente sino también a la comunidad circundante, que vivirá con el resultado de estos diseños durante muchos años. “En Seventy Barcelona, logramos crear un agradable oasis urbano donde el bullicio de la ciudad da paso a la tranquilidad del jardín, con el sonido del agua, el susurro de las hojas y el canto de los pájaros. Los vecinos disfrutan de la vista de un hermoso jardín con naranjos y olivos centenarios desde sus balcones, en pleno centro de Barcelona”, explica Barba.
La sostenibilidad y la biodiversidad son elementos fundamentales en sus proyectos de paisajismo. Diseñar y construir jardines en entornos urbanos, le da al paisajista la posibilidad de aportar su granito de arena al mosaico verde de la ciudad, con los beneficios medioambientales y sociales que ello comporta. Además de la mejora de la eficiencia energética que aportan las cubiertas verdes a los edificios, su contribución a la ecología urbana y la reducción del efecto isla de calor en las ciudades, entre otros beneficios. Para Jordi Barba: “Todas estas ventajas están bien estudiadas. Pero para lograrlo, se requiere el compromiso de administraciones, particulares y empresas, como es el caso de Núñez i Navarro, que ha demostrado un compromiso firme a la hora de poner en práctica estas medidas y mejorar el entorno urbano”.
Él lo tiene claro. Comprender las necesidades del cliente y su programa es esencial antes de emprender cualquier proyecto de paisajismo. Al mismo tiempo, es igual de crucial analizar y entender a fondo el entorno del proyecto, así como los condicionantes técnicos que lo afectan. Jordi ha realizado, junto a BC Estudio, proyectos en muchos países del mundo, como Grecia, Francia, Estados Unidos, Qatar, Arabia Saudita, Australia por nombrar algunos; y comenta que cuando se trata de diseñar un jardín, éste nunca se encuentra aislado; siempre está sujeto a los condicionantes propios del lugar; la topografía, la vegetación, el clima, la arquitectura, la cultura de cada país o región que deben converger e integrarse con armonía en su entorno. “Aunque como paisajista pueda desarrollar un estilo o lenguaje propio, es fundamental hallar en cada proyecto un equilibrio que respete y realce el lugar donde se inserta. En paisajismo, se hace referencia al "Genius Loci" del lugar, término que describe el espíritu o alma única de ese espacio”, nos comenta el paisajista. Sabe que encontrar y honrar este espíritu es clave para crear diseños que no solo satisfagan las necesidades prácticas y estéticas del cliente, sino que también realcen respetuosamente el carácter del entorno, enriqueciendo así la experiencia del espacio para todas aquellas personas que lo habitan o lo visitan por primera vez.
Retos en la creación de espacios verdes urbanos: estructura, impermeabilización y elección de plantas.
Después, Jordi Barba nos habla de los retos que implica trabajar sobre cubiertas ajardinadas. Las cubiertas por un lado tienen un límite de carga estructural que condiciona el porte de árboles, la cantidad de sustrato y las estructuras que se puedan usar. Por otro lado, todo lo relacionado con la impermeabilización y la estanquidad es crucial para no tener problemas en el futuro. Estos factores condicionan las opciones al instalar ciertas estructuras, así que hay que saber manejarlas adecuadamente. “Núñez i Navarro cuenta con amplia experiencia en este campo”, dice Jordi Barba al terminar su café. Luego, está la limitación del sustrato disponible y la exposición a vientos y al sol. Es esencial la elección del sustrato idóneo en cada caso y la selección de las plantas que deberán estar adaptadas a las condiciones físicas de cada caso, especialmente los vientos y el asoleamiento que afectarán a las necesidades hídricas y biológicas de cada jardín. El papel posterior del jardinero es crucial para el mantenimiento y buen desarrollo del lugar.
¿Y por qué es una figura tan importante? Según Jordi, un jardín alcanza su madurez varios años después de que se haya terminado de hacer. Esto es así porque el paisajista trabaja con elementos vivos. Aquí es crucial entender cómo evolucionarán, a lo largo del tiempo, cada una de las plantas que se han elegido para el proyecto. Por tanto, es esencial que el jardinero visite el espacio las veces que hagan falta y cuide el jardín hasta que se logre el resultado deseado. Esto incluye después las labores de mantenimiento.
La elección de las plantas para sus proyectos
Normalmente, Jordi comienza su trabajo con una selección pequeña de tres o cuatro especies de plantas que conformarán la estructura de cada proyecto. Esta lógica le suele funcionar en espacios como las cubiertas, donde es esencial elegir plantas que sean resistentes al clima y condicionantes físicos de cada lugar. Esta intuición inicial le sirve como una primera hipótesis de trabajo. A partir de ahí, Jordi desarrolla el diseño de plantaciones. Durante un proceso de investigación, selecciona otras plantas que podrían complementar bien a las especies seleccionadas en un inicio. “Es como armar un rompecabezas que conforma una selección de tres o cuatro plantas, o más, dependiendo del caso. Esta metodología resulta efectiva especialmente en cubiertas, donde las condiciones son limitantes debido a la exposición al sol, al viento y disponibilidad limitada de sustrato”, manifiesta este paisajista que tiene, entre sus plantas favoritas el margallón, el madroño y el teucrio.
“Generalmente, no hay grandes diferencias entre la intuición inicial y el resultado final. El diseño de plantaciones es solo una capa del proyecto y hay todo un trabajo previo de diseño de estructuras para sombreo, jardineras, pavimentos, fuentes, circulaciones, zonas de estar o sentarse; con el que uno ya va construyendo una imagen final de lo que se quiere conseguir. Creo que la dirección inicial suele ser acertada. Además, pienso que no es posible ni recomendable reinventar el enfoque en cada proyecto. Con la experiencia, vas identificando un conjunto de plantas que funcionan bien en distintas situaciones, y a partir de ahí, en cada nuevo proyecto, añades algunos elementos nuevos, como si fueran ingredientes adicionales en un plato conocido”, añade el paisajista que vive afincado en Barcelona.
Por su profesión y debido a trabajar en diferentes países, siempre tiene una amplia bibliografía, catálogos y recursos para estudiar las plantas de cada lugar. Una de las cosas que suele hacer en sus viajes es visitar librerías especializadas. Por ejemplo, durante una visita reciente a Londres, encontró publicaciones muy interesantes sobre plantas frutales y enredaderas, como frambuesas y moras. Este tipo de experiencias son las que le inspiran para futuros proyectos. De hecho, ya ha incorporado kiwis, zarzamoras, frambuesas y uvas en algunos de ellos. “El hecho de que un jardín además de bello y funcional pueda proporcionarnos frutos o alimentos a los humanos y para especies de aves o insectos otros recursos como por ejemplo refugio, agua o flores les confiere a estos jardines relevancia a la hora de contribuir a la ecología urbana”.
Barcelona, ciudad pionera en transformación urbana
Cuando se refiere al paisajismo en Barcelona, Jordi afirma que para él Barcelona es un referente en el que existen grandes planes de transformación urbana con las que se pretende conectar, mediante ejes verdes, diferentes zonas de la ciudad; “con seguridad contribuirán a la mejora de la calidad de vida en Barcelona, más amigable al peatón y a un estilo de vida más saludable. En ecología, y en ecología urbana también, es muy importante entender que se trata de sistemas complejos en que la creación de pequeñas áreas verdes dispersas en la ciudad resulta insuficiente”. Sin embargo, se trata de un proceso complicado que requiere décadas de esfuerzo, cambios estructurales y adaptaciones urbanísticas y de infraestructuras. A menudo, la implementación de estos planes genera controversia entre la ciudadanía debido a molestias y problemas que hay que solucionar, propios de estos grandes procesos de cambio: “Al final nuestra profesión debería de tener como finalidad mejorar la vida de las personas y eso pasa necesariamente por mejorar la relación que tenemos y establecemos con nuestro entorno y el medio ambiente que habitamos. Esta aproximación a la profesión me parece indispensable, especialmente debido a los enormes retos que nos plantean los fenómenos que estamos viviendo, relacionados con el cambio climático y sus consecuencias.”
Antes de finalizar nuestro encuentro, nos hace una recomendación: visitar Montjuïc. Este lugar tan emblemático de Barcelona ofrece una sucesión de jardines y parques, intercalados con museos y restaurantes, además de ofrecer impresionantes vistas de toda la ciudad. “El recorrido puede culminar en el Parque del Mirador del Migdia, desde donde se disfrutan vistas espectaculares del puerto de Barcelona y el Mediterráneo”, recomienda Barba.