Silvia Omedes: "Una buena fotografía informa, emociona y, si es fotoperiodismo, nos interroga"
Desde 2001, Photographic Social Vision (PSV) nació para divulgar y potenciar el valor social de la fotografía documental y el fotoperiodismo. Silvia Omedes, fundadora y directora desde sus inicios, nos habla de fotoperiodismo en general y de dos de sus proyectos más emblemáticos: World Press Photo (WPP) en Barcelona y el festival DOCfield.
Desde 2001, Photographic Social Vision (PSV) nació para divulgar y potenciar el valor social de la fotografía documental y el fotoperiodismo. Silvia Omedes, fundadora y directora desde sus inicios, nos habla de fotoperiodismo en general y de dos de sus proyectos más emblemáticos: World Press Photo (WPP) en Barcelona y el festival DOCfield.
¿Por qué te decantaste por la fotografía?
Mi madre era fotógrafa. Para mí hacer fotos y que se fotografiara todo a mi alrededor era normal, mi educación fue fundamentalmente visual por influencia de mi madre. Además, estudié historia del arte y en la universidad me ayudaron a analizar a fondo las imágenes. Pero siempre me interesó muchísimo el cine y la fotografía. Pero la Universidad de Barcelona no ofrecía cursos en torno a la fotografía y entonces hice un curso en Estados Unidos, donde acabé la carrera especializándome en esta disciplina.
¿Fue en EEUU donde descubriste la gestión cultural?
Yo quería ser fotógrafa, pero tuve la oportunidad de entrar a trabajar en el Guggenheim de Nueva York como coordinadora de exposiciones y descubrí el poder de la gestión cultural. De alguna manera mi carrera ha sumado mi sensibilidad fotográfica con la gestión cultural.
¿Cuándo decidiste abandonar el ámbito del reportaje fotográfico?
Cuando volví a Barcelona intenté trabajar de fotógrafa y publicar los reportajes que a mí me interesaban, pero me encontré que no había nadie que los comprara. Hice un postgrado de fotoperiodismo en la Universidad Autónoma y me di cuenta de que el fotoperiodismo como sector estaba muy maltratado y no tenía el reconocimiento social que merecía. Y además en Barcelona no existía una plataforma de apoyo al fotoperiodista, de manera que decidí crearla.
¿Así nació Photographic Social Vision?
Efectivamente. Y también a raíz de participar en un congreso del tercer sector donde todas las ONG de manera unánime decían que invertían el dinero de sus socios en proyectos de desarrollo y que a final de año no tenían nunca presupuesto para comunicarlos. En consecuencia, siempre hacían las fotografías logistas y voluntarios que no tienen formación visual y hacen fotografías sin calidad. Pero para comunicar es necesario trabajar con fotógrafos profesionales, especialmente en África, donde de lo contrario el resultado ha sido el uso abusivo de fotos con gran angular de niños africanos con mocos colgando y moscas en la cara. Este tipo de imagen no ayuda a concienciar a la sociedad de lo que es realmente África. Refuerzan la imagen paternalista y el sentimiento de superioridad sobre los africanos, y si tenemos que conocer el continente africano, sus riquezas y sus grandes matices, es mucho mejor que quien nos lo cuente sea un profesional.
Comenzasteis por tanto ayudando a las ONG
Empezamos la fundación poniendo en contacto fotógrafos con las ONG. Las ONG conseguían un material mucho más didáctico, profundo y respetuoso. Y los fotógrafos tenían una exposición al final del viaje que les daba visibilidad. Así trabajamos durante varios años.
Siempre hay un proyecto que marca la diferencia. ¿Cuál fue el vuestro?
El proyecto de investigación para la fundación Vicki Bernadet. Estuvimos investigando durante un año los abusos sexuales a menores. Produjimos un trabajo periodístico a fondo que nos publicaron en el Magazine de La Vanguardia. Tanto la fundación Vicki Bernadet, como nosotros, como La Vanguardia comprobamos con satisfacción cómo un buen reportaje había logrado sensibilizar, concienciar y aportar visibilidad a una problemática social silenciada y estigmatizada. A partir de aquí produjimos y apoyamos reportajes para otras ONG en Argelia, Bosnia, Guatemala etc., que les han permitido tener un buen narrador visual de sus actividades, porque un fotógrafo es fundamentalmente un narrador visual.
¿La fotografía es la mejor herramienta para la denuncia social?
Es una herramienta muy poderosa. Si está bien hecha y conecta con la audiencia tiene un poder de sensibilización increíble. Es un lenguaje universal. Muchas veces no hace falta un pie de foto para conectar con el público, sea del origen y condición que sea. Es un lenguaje muy rico, con muchos matices, muchos niveles de lectura, y que tiene la capacidad de provocar emociones. Una buena fotografía informa, emociona y, si es fotoperiodismo, nos interroga. Por tanto, es una herramienta que, hoy en día, todo el que trabaje en comunicación debería entender y dominar.
Un fotógrafo es fundamentalmente un narrador visual.
- Silvia Omedes | Fundadora de Photographic Social Vision
Desde 2005 sois partners del WORLD PRESS PHOTO, ¿qué tipo de colaboración tenéis?
Desde que fundamos PSV ya teníamos como ejemplo esta fundación holandesa que desde 1955 desempeña una tarea de reivindicación y reconocimiento del fotoperiodismo. Ellos lo hacen a través de un concurso y nos pareció lo más natural proponerles traer las mejores fotografías del concurso a Barcelona en formato expositivo. Hace 13 años les propusimos que Barcelona fuera una sede del World Press Photo, accedieron y desde entonces somos partners. Hemos aprovechado esta exposición tan poderosa y que representa el mejor fotoperiodismo del mundo para ser un canal de difusión de noticias que la mayoría de la prensa española no pública: el 90% de estas fotografías ganadoras no han sido publicadas. Para la audiencia de Barcelona es una oportunidad única de conocer historias, contextos y temas que de otra manera no conocerían.
Fotografías: Tash McCammon
El 90% de estas fotografías ganadoras no han sido publicadas.
- Silvia Omedes | World Press Photo
En 2013, escogisteis la imagen del torero Juan José Padilla como cartel de WPP de Barcelona. ¿Cómo vivisteis la polémica que se generó?
Nos sorprendió mucho que desde las instituciones no se entendiera esta fotografía como una foto ganadora. La ciudad prefirió que no la utilizáramos en las banderolas de la calle, pero el resto de la campaña siguió con la imagen original. Es una imagen muy impactante de un torero mirando a cámara con la montera torcida, parálisis facial, un ojo herido tapado con un parche tipo pirata y los dedos de la mano con tiritas. Para nosotros, que estábamos en plena crisis económica, era la imagen de un ser humano enfrentándose a su futuro y a sus retos. Fruto de esta controversia en un momento políticamente tenso entre Barcelona y Madrid porque Barcelona se declaraba anti taurina y Madrid pro tauromaquia, nos dio una publicidad extra con la que no contábamos. Hasta el punto de que 15 días antes de inaugurar teníamos una cola larguísima de personas que querían venir a ver la fotografía del torero. No fue fácil de gestionar porque aquí, desgraciadamente, cultura e identidad política están muy mezcladas. Nosotros defendemos el fotoperiodismo y esta fotografía está hecha por uno de los grandes exponentes del fotoperiodismo de este país que es Daniel Ochoa de Olza. Para nosotros era muy importante difundir su trabajo.
¿Cómo se escogen las fotografías de la exposición?
Las fotografías que integran la exposición son las ganadoras del concurso y son las mismas en Barcelona, Madrid o Nueva York. Sí tenemos potestad de elegir con qué fotografía hacemos la campaña de comunicación y cada año intentamos dar visibilidad a las fotografías de autores nacionales ganadores porque somos una plataforma de apoyo y la exposición una gran ventana para que la gente conozca a nuestros autores.
Este año ha ganado la foto del asesinato del embajador de Rusia en Turquía. ¿Qué crees que ha querido reconocer con este premio el jurado?
Sobre todo, el trabajo del fotógrafo de agencia, que incluso en un contexto tan peligroso como un espacio cerrado con un terrorista asesinando a un político importante, se mantuvo sereno documentando la situación y arriesgando su vida, haciendo además fotos informativas y de una gran fuerza gráfica de lo que allí ocurrió.
¿Qué foto te gustaría que ganara el WPP?
Una foto hecha por una mujer. Sólo el 15 % de los fotoperiodistas internacionales son mujeres. Y cuando analizamos el trabajo de las mujeres, nos damos cuenta de que su mirada hacia el mundo es muy diferente de la de los hombres. Me gustaría que se equilibrara la balanza entre géneros. Hay que intentar que este 15% de mujeres profesionales también tenga visibilidad. Tenemos una visión del mundo, sobre todo en el siglo XX, basada en las fotografías de ellos, que se han centrado en conflictos o en el espacio público o eventos políticos y geoestratégicos. Las mujeres eligen temas más íntimos, domésticos, se fijan en las relaciones entre personas, comunidades. Si nuestra mirada se hubiera nutrido también de imágenes e historias hechas por fotoperiodista mujeres, no tendríamos una visión tan deprimente del mundo.
Solo el 15% de los fotoperiodistas internacionales son mujeres.
- Silvia Omedes | World Press Photo
Otro de vuestros proyectos es el Festival DOCfield. ¿Cómo nace y qué pretende?
Nace fruto del antiguo director del CCCB, Josep Ramoneda, que después de albergar tantos años el WPP y comprobar como el fotoperiodismo acercaba al CCCB un público que nunca antes hubiera entrado, y me dice “Silvia, quiero más fotoperiodismo”. La semilla fue una pequeña exposición que se llamaba “Más fotoperiodismo” en el CCCB y que hubiera podido seguir años. Pero al cambiar la dirección de la institución, nos dejaron sin sala para exponer cuando ya teníamos las fotografías producidas y tuvimos que recolocar en dos meses 5 exposiciones en diferentes lugares de Barcelona, lo que generó de forma natural una ruta. Cinco años más tarde se ha convertido en un Festival-Ciudad que une diferentes sedes culturales: museos, centros cívicos, galerías privadas, centros culturales etc. Todos se unen en un momento concreto del año para exponer fotografía documental y nos permite ver trabajos completos. El WPP ofrece pequeños ejemplos de reportajes que en realidad son más largos. Nos hacía mucha ilusión que la ciudad pudiera acceder a los reportajes completos y que los fotógrafos pudieran ver su trabajo íntegro expuesto.
Fotografías: Oscar Ciutat
¿En qué consistirá el DOCfield 17?
Se inaugurará el 19 de octubre y el tema es El viaje, que sugiere muchos otros subtemas, pero nos centraremos en migraciones y refugiados, y en el fenómeno del turismo. Son temas fundamentales para Barcelona que nos han solicitado muchos ciudadanos y sobre los que tenemos que reflexionar. Estamos buscando contenidos que cuestionen al espectador sobre la movilidad humana en todas sus formas: el turismo, sobre la ciudad-deseo, sobre la transformación del paisaje humano de la ciudad de hoy respecto del de hace 100 años, sobre cuáles son las motivaciones para viajar, no sólo como turista sino como migrante, qué encuentros y desencuentros conlleva el viaje etc. Tenemos muchas ganas de que la ciudad se sume a esta reflexión y se sienta estimulada a través de la Ruta de exposiciones DOCfield a darle una vuelta a estas realidades.
¿Consideras que estamos ante el fin del fotoperiodismo?
Muchos piensan que el fotoperiodismo está muerto, pero yo opino al contrario que no puede estar en mejor forma. Los fotógrafos desarrollan nuevas fórmulas visuales, buscan y localizan sus audiencias y desarrollan sus proyectos teniendo en cuenta los canales para llegar a ellas. Lo que está en crisis son los soportes tradicionales: los medios de comunicación en papel. Pero tenemos ejemplos brillantísimos como el New York Times, que ha podido adaptar sus contenidos a la era digital a través de Internet sin perder calidad en sus contenidos y que está consolidando una audiencia mundial importantísima. Pero a nivel estatal, no veo claro hacia dónde va la prensa en papel y la digital. Tener buenas estrategias digitales es clave para el futuro.
La herramienta es lo de menos. Lo importante es la intención, la mirada, el objetivo, el profesional que se documenta y corrobora las fuentes para hacer buena historia.
- Silvia Omedes | DOCfield
¿Crees que el móvil puede llegar a substituir al fotoperiodismo y los fotoperiodistas?
No, porque estamos confundiendo herramientas con autores. Lo importante del fotoperiodismo es que haya una mirada entrenada para hacer un buen relato visual. Un buen fotógrafo hará un gran trabajo con la herramienta que le haga falta. Las redes están llenas de fotografía amateur hecha con teléfonos, y los fotógrafos también los utilizan, pero para trabajos profesionales con mirada profesional. La herramienta en realidad es lo de menos. Lo importante es la intención, la mirada, el objetivo de un proyecto, el profesional que se documenta y corrobora las fuentes para hacer una buena historia o proyecto. Es muy diferente el uso personal de un amateur que documenta su vida personal y publica sus selfis.