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José Orihuel: “A la empresa familiar hay que mimarla”

Escrito el 09/10/20 · Tiempo de lectura: 6 minutos

Año tras año se consolida el papel clave que las empresas familiares juegan en la economía de nuestro país. Su importancia se extiende más allá de la elevada creación de riqueza que su actividad genera (son responsables del 57,1 del PIB del sector privado, según datos del Instituto de la Empresa Familiar), para posicionarse, también, como un motor esencial en la creación de empleo (crean el 67% del empleo privado, con un total de más de 6,58 millones de puestos de trabajo según datos del IEF) y una fuente constante en aspectos fundamentales como la innovación y el emprendimiento.

Actualmente, encontramos empresas familiares repartidas por todo el territorio que, más allá de su dimensión, desarrollan su actividad en múltiples sectores y abarcan desde el ámbito más local hasta el internacional.

Para profundizar en los cómos y porqués de este destacado rol de la empresa familiar en nuestra economía, charlamos con José Orihuel, redactor jefe del diario Expansión en Catalunya y una de las personas que mejor conoce el tejido empresarial del país.

Al preguntarle a Orihuel sobre el papel que juegan las empresas familiares en el país afirma con absoluta rotundidad: “Fundamental se queda corto. El origen de muchísimas empresas es familiar y es la realidad, ahora mismo, de muchos proyectos, sobre todo, aquellos que tienen más recorrido. No se entiende el tejido empresarial en España y, concretamente en Catalunya, sin la empresa familiar. Es un fundamento imprescindible de nuestro tejido. Que no quiere decir, necesariamente, empresa pequeña. Tenemos empresas familiares pequeñas, medianas, grandes y algunas, incluso, pueden estar cotizando en bolsa, pero sin perder su carácter familiar”. Y concluye resaltando: “A la empresa familiar hay que mimarla”.

Una de las claves que gira en torno a la gestión de las empresas familiares y que puede ser determinante en su buen funcionamiento es, precisamente, su capacidad para evitar mezclar conflictos personales y laborales: “Las empresas familiares deben distinguir muy bien entre empresa y familia, tener las estructuras bien ordenadas para evitar confusiones. Tenemos ejemplos magníficos de empresas familiares que, gracias a una correcta gestión han superado ya varias generaciones, han ido creciendo y hoy en día, son comparables con grandes líderes en sus respectivos sectores”, afirma José Orihuel.

Empresa familiar

Y es que, en los últimos años, hemos asistido a una profesionalización de la empresa familiar que, sin perder su carácter familiar, se ha ido asemejando a la estructura de las grandes corporaciones: Dentro de esa separación entre el concepto de empresa y familia, o de gestión de la empresa y, si podemos llamarlo así, gestión de la familia, muchas empresas de una cierta dimensión han optado por introducir criterios de profesionalización. Esto quiere decir que no necesariamente un miembro de la familia tiene que desarrollar las funciones ejecutivas. Si lo hay es deseable, pero no por el hecho de ser miembro de la familia, sino porque es la persona adecuada para llevar las riendas”.

Así, “desde hace décadas, las empresas familiares han ido incorporando a profesionales externos, que en ocasiones llegan al máximo nivel ejecutivo de la compañía; también es cada vez más frecuente, a partir de un cierto tamaño, que entren en el consejo de administración o en un consejo asesor. Evidentemente, no todas las empresas familiares han incorporado a profesionales externos, porque depende del tamaño, pero en general la figura de un ejecutivo que no forma parte de la familia está bastante introducida. Y creo que es bueno. No digo con esto que sea malo que haya un familiar al frente del negocio, ni muchísimo menos. Si está bien preparado y posee el liderazgo, el carisma y la preparación necesaria, adelante. Porque probablemente sea mucho más fácil que esa persona pueda dar continuidad al legado empresarial/familiar, ya que para él la empresa familiar no es un lugar de paso sino algo que hay que hacer crecer y preservar”.

Precisamente, este vínculo familiar, que por un lado puede generar una mayor voluntad de hacer exitoso el proyecto, también puede ser una importante fuente de problemas. Tal como nos explica el periodista: “Puede generar problemas en la medida en que el accionariado se va atomizando y que algunos socios pueden estar ocupando funciones directivas o trabajando en la empresa y otros no. O si la empresa no atraviesa su mejor momento algunos socios pueden querer vender, otros no… ¿Son problemas que se pueden solucionar? Sí. De hecho, se han estudiado fórmulas diversas de protocolos, etc. Evidentemente es mucho más sencillo gestionar una empresa unipersonal, en la que la empresa es tuya. Estos conflictos existen y han existido. Todos conocemos historias de empresas grandes en las que, por ejemplo, dos hermanos se han separado. De vez en cuando ocurre, pero la clave es saberlo gestionar. También ocurren conflictos de otra naturaleza en empresas no familiares. Y a veces muy graves también: si es una empresa cotizada, si hay un socio inversor con un perfil diferente, si entra socio no deseado, etc. Cada empresa tiene sus problemáticas”.

Las empresas familiares no se escapan a los efectos negativos que está causando sobre toda la economía la actual crisis generada por la pandemia de Covid-19. Aunque como afirma Orihuel “Esta crisis, si algo nos está enseñando, es que no es homogénea, es asimétrica y depende mucho de los sectores. Todos conocemos los sectores que están más afectados. Aunque ninguno se escapa, directa o indirectamente, el efecto está ahí, pero evidentemente no será igual para todos”. Y no duda en lanzar su deseo al aire: “Lo que es de desear es que se salve el mayor número de empresas, pues esto significa salvar el mayor número posible de empleos. Y ahí nos jugamos mucho como economía y como sociedad, pues al final estamos hablando de personas que desarrollan una actividad profesional, tienen un empleo y necesitan unos ingresos para atender a sus familias etc.”.

Reinventarse y adaptarse a las nuevas demandas generadas por la situación actual parecen ser algunas de las claves que podrían contribuir a sobrellevar el impacto de la crisis en las empresas : No es la primera vez en la historia de la economía y de la empresa, en la que debido a una crisis se da un cambio de actividad o se inicia una nueva línea de negocio que, a lo mejor, estaba ya ahí como algo residual y en ese momento se apuesta por ello. Sin duda, es momento de pensar: tenemos una estructura, tenemos un talento y tenemos una capacidad productiva. Por ejemplo, en el caso de una industria o de una empresa de servicios, se puede dar un giro y analizar las nuevas necesidades para enfocarse hacia allí. O, también, todo lo que tiene que ver con la digitalización, que es evidente que ya estaba ahí, pero ahora tiene mucho más protagonismo. Algunas empresas, aparte de digitalizar sus procesos, pueden aprovechar nuevos nichos de negocio que igual no estaban tan cubiertos. Puede ser una oportunidad”.

Antes de terminar, José Orihuel recuerda que es importante tener en cuenta que las crisis anteriores, como la de 1992 o la de 2008, nos dejaron enseñanzas que ahora las empresas van a poder utilizar: “la última crisis de 2008 nos dejó entre otras, la enseñanza de que el endeudamiento excesivo es un riesgo evidente. Ahora, las empresas no están tan endeudadas, lo cual, es muy bueno, además de que la financiación es más barata. No endeudarse en exceso para acometer operaciones o para el día a día porqué esto luego se paga seriamente. Esto no quiere decir que no haya, que habrá, concursos de acreedores, etc. pero en general, el endeudamiento comparado con los recursos propios y con los ingresos de las empresas, ahora está por debajo de lo que estaba en la anterior crisis. Podemos decir, en líneas generales, que la situación financiera de las empresas es “más cómoda”. Pero también habrá que esperar a que expire la vigencia de todos los préstamos que se han ido concediendo (ICO…) para ver qué ocurre. Si en estos meses se consigue arrancar se minimizarán los daños. Es verdad que tendemos a repetir errores, pero algo aprendimos aquella vez”.